La actividad agrícola puede tornarse complicada si no se tiene los procesos claros, es importante llevar este proceso con claridad para qué las plantas y los productos puedan crecer de la mejor manera.
También se debe tener en cuenta ciertos factores, como: el clima, el tipo de suelo, la cantidad de agua necesaria, etc. Si no se tiene conocimiento de estos, revisarlos antes de empezar a sembrar.
1. Identificar el suelo: es un paso muy importante porque conociendo las características de este podemos saber cómo se comportará y sus necesidades. Tan solo tocándolo puedes darte cuenta del tipo de suelo o también puedes humedecerlo para ver cómo se comporta.
2. Limpiar el terreno a sembrar: Se deben eliminar las malezas, plantas secas o malas hierbas, esto es vital, ya que deja el campo despejado para el nuevo cultivo y no agotaran los recursos como el agua de manera más rápida.
3. Oxigenar y airear el terreno: Es importante hacerlo, este proceso permitirá que las raíces puedan crecer con todas sus capacidades. Lo más importante es llegar a las capas profundas y así conseguir el oxígeno adecuado.
Allanar el terreno: Con este proceso lograremos que el suelo este suave, fino y manejable para cultivar. En caso de que no todo el terreno este así el allanado se encargará de emparejarlo.
5. Abonar el terreno: Abonar con propiedad es la clave para que el suelo reciba un sustrato rico para alimentar a las raíces.
Siguiendo estos pasos podrás lograr que tus futuros cultivos crezcan y den todo su potencial, esto te traerá múltiples beneficios, aumentará la productividad, ahorrarás tiempo y minimizarás la perdida de insumos.
También se debe tener en cuenta ciertos factores, como: el clima, el tipo de suelo, la cantidad de agua necesaria, etc. Si no se tiene conocimiento de estos, revisarlos antes de empezar a sembrar.
Algunos pasos para preparar la tierra antes de sembrar:
1. Identificar el suelo: es un paso muy importante porque conociendo las características de este podemos saber cómo se comportará y sus necesidades. Tan solo tocándolo puedes darte cuenta del tipo de suelo o también puedes humedecerlo para ver cómo se comporta.
2. Limpiar el terreno a sembrar: Se deben eliminar las malezas, plantas secas o malas hierbas, esto es vital, ya que deja el campo despejado para el nuevo cultivo y no agotaran los recursos como el agua de manera más rápida.
3. Oxigenar y airear el terreno: Es importante hacerlo, este proceso permitirá que las raíces puedan crecer con todas sus capacidades. Lo más importante es llegar a las capas profundas y así conseguir el oxígeno adecuado.
Allanar el terreno: Con este proceso lograremos que el suelo este suave, fino y manejable para cultivar. En caso de que no todo el terreno este así el allanado se encargará de emparejarlo.
5. Abonar el terreno: Abonar con propiedad es la clave para que el suelo reciba un sustrato rico para alimentar a las raíces.
Siguiendo estos pasos podrás lograr que tus futuros cultivos crezcan y den todo su potencial, esto te traerá múltiples beneficios, aumentará la productividad, ahorrarás tiempo y minimizarás la perdida de insumos.